Washington, 21 ago (Prensa Latina) El presidente estadounidense, Donald Trump, le aseguró a la Asociación Nacional del Rifle (NRA) que las verificaciones universales de antecedentes para la compra de armas están fuera de la mesa, difunden hoy medios norteamericanos.
Varias organizaciones de prensa reportan que el mandatario republicano conversó ayer por teléfono con el director ejecutivo del principal grupo de presión de armas del país, Wayne LaPierre y le dijo que no apoyaría la adopción de ese tipo de medida.
Eso significa un cambio de postura con respecto a lo expresado por el jefe de la Casa Blanca luego de los tiroteos masivos ocurridos a principios de este mes en El Paso, Texas, y Dayton, Ohio, que dejaron saldo de 31 muertos y 51 heridos.
Al referirse a lo sucedido en esas matanzas, el gobernante escribió en Twitter que los republicanos y demócratas debían unirse y obtener fuertes verificaciones de antecedentes, aunque no apoyó ningún otro paso destinado a controlar el acceso a las armas de fuego.
Pese a ese pronunciamiento inicial, nuevamente el presidente parece responder a las presiones de la NRA, en lugar de las demandas crecientes de los ciudadanos que exigen acciones para enfrentar la violencia armada.
En la actualidad, la ley federal requiere verificación de antecedentes solo para las ventas de armas a través de distribuidores autorizados, lo cual significa que las personas que no participan en ese negocio pueden vender esos artefactos sin una licencia o registros.
Asimismo, es posible adquirir un arma a través de Internet sin una verificación de antecedentes en 30 estados del país.
La NRA rechaza las verificaciones universales de antecedentes, que impondrían ese control a todas las ventas de armas, con la justificación de que la medida no necesariamente mantendría a los criminales alejados de esos artefactos, un argumento tildado de ridículo por defensores de un mayor control.
Tras los tiroteos, Trump y los republicanos trataron de desligar esos crímenes del acceso a las armas y vincularlos a las enfermedades mentales.
El diario The Washington Post reportó que en la conversación de este martes el presidente le dijo a LaPierre que la Casa Blanca seguía interesada en propuestas relacionadas con impedir que las armas lleguen a manos de los enfermos mentales.
Al respecto, el mandatario ha señalado la posibilidad de respaldar las llamadas leyes de «bandera roja» que permitirían a la policía confiscar temporalmente esos artefactos a personas consideradas un peligro para ellas mismas o para otras.
Sin embargo, la conversación del presidente con el jefe de la NRA redujo aún más las esperanzas de que se promulguen nuevas medidas importantes de seguridad de armas después de la última ronda de tiroteos masivos, estimó el medio.